¿Qué es un Sistema de APPCC?
Un sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC) es un método de autocontrol cuyo fin es garantizar la inocuidad y seguridad de los alimentos en las diferentes fases de la cadena alimentaria. Adaptándose a los criterios internacionales y de la Unión Europea, desde el año 1996 está vigente en España el Real Decreto 2207/1995, por el que se establecen las normas de higiene relativas a los productos alimenticios.
Esta normativa OBLIGA A LAS EMPRESAS DEL SECTOR ALIMENTARIO a garantizar la higiene de los alimentos en base al SISTEMA DE ANÁLISIS DE PELIGROS Y PUNTOS CRÍTICOS DE CONTROL (APPCC). El sistema APPCC debe aplicarse a lo largo de toda la cadena alimentaria, en sus fases posteriores a la producción primaria, es decir, preparación, fabricación, transformación, envasado, almacenamiento, transporte, distribución, manipulación y venta o suministro al consumidor.
¿Qué empresas tienen obligación de implantar un sistema de APPCC?
Todas las empresas del sector alimentario están obligadas a garantizar la higiene de los alimentos, en base al sistema de Análisis de peligros y Puntos Críticos de control APPCC, tal y como consta en el Real Decreto 2207/1995 en su Art 2º.b: "Cualquier empresa, con o sin fines lucrativos, ya sea pública o privada, que lleve a cabo cualquiera de las actividades siguientes: preparación, fabricación, transformación, envasado, almacenamiento, transporte, manipulación y venta o suministro de productos alimenticios".
¿Qué beneficios aporta el sistema APPCC a la empresa?
Este sistema permite mantener la seguridad de los alimentos como prioridad máxima y planificar la forma de evitar los problemas en vez de esperar a que ocurran para controlarlos.
Con un programa de Autocontrol Sanitario basado en APPCC, se mejorará considerablemente la calidad del producto, obteniéndose alimentos más sanos y seguros, satisfaciendo mejor al consumidor y creando una mejor imagen de la empresa.
Se eliminan costes añadidos, pues reduce el número de análisis y las pérdidas finales en el producto son menores porque existen menos causas que provoquen su alteración, con lo que disminuirá la producción de lotes defectuosos. Consecuentemente, este sistema, bien gestionado, aporta un beneficio económico neto para las empresas agroalimentarias, además de productos sanos y seguros.