Invierte en Cuenca ensalza la fuerte inversión y el compromiso con el medio ambiente de las instalaciones de Greenpork en la localidad de Belinchón, lo que supone un fuerte impulso económico para toda la zona.

Responsables de CEOE CEPYME Cuenca como su vicepresidente y presidente de CEOE CEPYME Tarancón, Javier López, el secretario general, Ángel Mayordomo, y el técnico de la Oficina de Atención al Inversor, Julián Sorando, visitaron la granja de madres de esta empresa de la mano de los responsables de Green Pork, Salva Serra y Jesús González.

Como impulsores del proyecto Invierte en Cuenca, desde la Confederación de Empresarios de Cuenca señalaron el fuerte impulso que supone Greenpork para toda la zona por su fuerte inversión y la generación de puestos de trabajo.

Del mismo modo quisieron poner el foco en el cuidado medioambiental de estas instalaciones y la apuesta por la economía circular, así como su preocupación por el bienestar animal.

Invierte en Cuenca es una iniciativa de CEOE CEPYME Cuenca con el patrocinio de la Diputación Provincial y la colaboración de Globalcaja y Auracar que trabaja para la llegada de nuevas inversiones y el inicio de actividades empresariales en la provincia.

Greenpork

La granja de madres de Greenpork en Belinchón forma parte de una primera fase de un proyecto que en cuatro años sumará a estas instalaciones una de transición de lechones y otra de engorde, con una inversión global de 20 millones de euros y la creación de 32 puestos de trabajo directos y 128 indirectos.

Con esta fuerte apuesta se garantiza la dinamización económica de toda la zona en la que han participado proveedores y empresas locales. 

Esta explotación acogerá a 3.700 madres con sus lechones, y está ubicada en el paraje de El Ardal, a 4 kilómetros del casco urbano de Belinchón y Tarancón, el doble de lo que determina la normativa vigente en la región.

La granja de madres está integrada en la empresa ICPOR y está ubicada en una finca de 12 hectáreas donde se han construido más de 26.000 metros cuadrados, sin contar con las zonas ajardinadas, la balsa de purines y la planta de tratamiento de residuos.

El proyecto incluye naves de cuarentena, cubrición, gestación y maternidad, además de una zona social destinada a oficinas, vestuarios, almacén de cuarentena y lavandería, con las máximas de medidas de control con el fin de preservar la bioseguridad en el interior de las instalaciones.

Además, esta granja apuesta por el bienestar animal con un sistema de parques libres en la zona de gestación, lo que permite a las cedas vivir en libertad estos cuatro meses y cuenta con corralinas de 2,80 por 2,60 metros, con jaula abatible, que deja a la cerda libre con sus crías durante las cuatro semanas de lactación.

Energéticamente la granja será autosuficiente gracias a la instalación de paneles solares en la cubierta de las naves y el montaje de lucernarias que dotan a las naves de luz natural.

Por último, se apuesta por la economía circular con una planta de tratamiento de purines que separa el sólido del líquido y luego del líquido reducen hasta el 100% del nitrógeno, el fósforo y el potasio y se convierte en agua para riego.

Asimismo, para el ahorro de recursos hídricos, el tratamiento de agua de la granja se hará a través de un sistema de osmosis que permitirá conseguir agua potable para los animales y el agua de recazo del tratamiento se empleará en las tareas de limpieza de las instalaciones.